Las 3 C del crédito

the 3 c's of credit

La expresión "las tres C del crédito" se popularizó en los años sesenta, pero los principios en los que se basa el concepto se remontan a mucho antes. Las tres C son Carácter, Capacidad y Garantía, y hoy en día siguen siendo un marco ampliamente aceptado para evaluar la solvencia, utilizado en todo el mundo por bancos, cooperativas de crédito y prestamistas de todo tipo.

La forma de evaluar cada uno de estos componentes varía según los países y los prestamistas. Sin embargo, una de las 3 C está más abierta a la interpretación que las otras dos. Se trata del "carácter". La cuestión del "carácter" ha estado ligada a los préstamos desde que la gente pide prestado porque, en el fondo, los préstamos son una cuestión de confianza. La forma en que los prestamistas cuantifican el carácter ha seguido cambiando con la tecnología y las expectativas de la comunidad, y el reciente aumento de nuevos tipos de datos está impulsando nuevos avances en la evaluación del carácter.

Profundicemos en las 3 C y en por qué los prestamistas necesitan evolucionar continuamente sus procesos de evaluación crediticia.

Capacidad

Por capacidad se entiende la capacidad de una persona u organización para capacidad para devolver un préstamo. Incluye factores como los ingresos, los gastos y el ratio deuda-ingresos. Los prestamistas se fijan en la capacidad del prestatario para reembolsar un préstamo y asegurarse de que podrá efectuar los pagos exigidos sin incurrir en impago. Se considerará que un prestatario con unos ingresos elevados y una relación deuda-ingresos baja tiene una buena capacidad, ya que dispondrá de más dinero para hacer frente a los pagos de su préstamo.

Colateral

Por garantía se entiende un activo que un prestatario pignora a un prestamista como garantía de un préstamo. La garantía puede ser embargada por el prestamista si el prestatario incumple el pago del préstamo. Los prestamistas buscan garantías como forma de reducir su riesgo a la hora de prestar dinero. Cuanto más valiosa sea la garantía, más probable será que el prestamista apruebe el préstamo. Las garantías pueden incluir cualquier cosa, desde bienes inmuebles hasta vehículos, joyas u otras posesiones valiosas.

Carácter

El concepto de carácter ha sido un componente de las evaluaciones crediticias desde la antigüedad. Hace siglos, los prestatarios eran evaluados en función de su reputación y posición en la comunidad. Los prestamistas se basaban en las relaciones personales con los prestatarios para evaluar su carácter y fiabilidad.

Con el auge de la informática, los préstamos se volvieron cada vez más digitales y nació una nueva era de puntuaciones de crédito, basadas en fórmulas matemáticas.

En la actualidad, muchas entidades crediticias siguen basando su carácter en el historial de crédito, la puntuación crediticia, las referencias y el juicio de un agente de crédito. Sin embargo, ahora se reconoce que todas estas fuentes son propensas a sesgos inherentes.

La actual puntuación crediticia de 3 dígitos, que se puso en marcha en 1989, se promovió en un principio como una forma de ampliar la inclusión crediticia, pero la realidad dista mucho de ser esa. De hecho, refuerza los prejuicios que pretendía abordar. Los historiales crediticios suelen estar determinados por una serie de factores sistémicos, como la discriminación, la pobreza y otras formas de desventaja social y económica. Como resultado, estos factores pueden crear barreras significativas al acceso al crédito justo para los grupos marginados, perpetuando los patrones existentes de prejuicios y desigualdad. La exclusión del crédito justo puede obligar a estos grupos a recurrir a usureros, pagando tipos de interés abusivos y reforzando a su vez las barreras a la equidad crediticia.

¿Un juez fiable del carácter?

El sesgo inherente a las soluciones existentes significa que los prestamistas tienen que ir más allá para promover la diversidad y la inclusión en el sector de los préstamos. Algunas organizaciones líderes están explorando formas de utilizar datos alternativos para promover resultados financieros mutuamente beneficiosos para el prestamista y el prestatario.

Las evaluaciones psicométricas son una forma de crear datos de comportamiento de primera mano con el solicitante para evaluar su carácter. Estas evaluaciones utilizan una serie de preguntas o juegos interactivos para crear datos de comportamiento vinculados a rasgos de personalidad, como la concienciación, la apertura y la aversión al riesgo. Los prestamistas pueden utilizar esta información para evaluar la probabilidad de que un prestatario devuelva un préstamo.

Una ventaja añadida de las evaluaciones psicométricas es que no se necesitan datos de identificación personal. El proceso es totalmente opcional para los solicitantes y ha demostrado ser una forma eficaz de incluir a quienes no tienen un historial financiero tradicional, como los jóvenes, los inmigrantes o quienes se reincorporan a la vida laboral.

Otra fuente de datos alternativa que está ganando adeptos es la evaluación de datos de dispositivos. Mediante un proceso integrado, el prestamista puede recopilar metadatos autorizados de un teléfono inteligente en el momento de la solicitud. Estos datos no personales pueden utilizarse para generar una puntuación crediticia basada en el comportamiento, que puede utilizarse en lugar de las evaluaciones crediticias tradicionales o junto con ellas.

Estos datos no sólo son más inclusivos, sino que también han demostrado ser altamente predictivos de la solvencia y estables a lo largo del tiempo.

Democratizar los datos

Las nuevas fuentes de datos contribuyen a democratizar el acceso a los servicios. Así como la puntuación del buró nació en los albores de la era informática, ahora hemos entrado en la era de los datos masivos, en la que la ciencia de los datos y el aprendizaje automático están impulsando una nueva era de comprensión en lo que respecta al análisis del carácter y el comportamiento.

En última instancia, la democratización de los datos puede promover sociedades más equitativas e inclusivas, ya que más personas tienen la posibilidad de participar en debates y decisiones basados en datos. Dar a los prestatarios la opción de compartir datos que puedan ayudarles a acceder a un mejor resultado de préstamo devuelve el poder de los datos a sus manos y les permite decidir cómo y cuándo utilizar sus datos para acceder a los servicios que son importantes para ellos.

El carácter en el centro

Aunque las 3 C del crédito seguirán siendo un marco útil, la forma en que se evalúan debe cuestionarse continuamente a medida que los prestamistas impulsan el progreso.

La era de los datos masivos ha proporcionado las herramientas para comprender mejor a los prestatarios y crear mejores resultados de préstamo para todos. Las personas son diversas. La evaluación crediticia debe tener en cuenta una diversidad de datos.

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