En las bulliciosas calles de Hanoi, donde los vendedores pregonan sus mercancías y los empresarios sueñan con ampliar sus negocios, se esconde una historia de potencial sin explotar. Vietnam, con su vibrante economía y su dinámica población, promete crecimiento y prosperidad. Sin embargo, para muchos, el acceso a los servicios financieros sigue siendo un reto, obstaculizado por los modelos tradicionales de riesgo crediticio que no logran captar todo el espectro del potencial financiero de una persona. Para quienes persiguen la inclusión financiera en Vietnam, es evidente que la adopción de modelos de riesgo crediticio de nueva generación, reforzados por datos alternativos como la banca abierta y el análisis del comportamiento, es algo más que un avance tecnológico. Para millones de personas, un acceso justo al capital significa acceso a las oportunidades.
Según el Banco Mundial, sólo 56% de los adultos vietnamitas tienen una cuenta bancaria formal, cifra significativamente inferior a la media de 81% del sudeste asiático.[i]. Esta disparidad subraya la urgente necesidad de salvar la brecha y ampliar los servicios financieros a los segmentos desatendidos de la sociedad. Uno de los principales obstáculos reside en los métodos convencionales de evaluación del crédito, que se basan en gran medida en datos financieros históricos y a menudo pasan por alto a personas con historiales de crédito limitados o fuentes de ingresos poco convencionales.
El acceso equitativo al capital no es sólo una cuestión de capacitación económica; es un catalizador del crecimiento integrador y el progreso de la sociedad. Las pequeñas y medianas empresas (PYME), que constituyen la espina dorsal de la economía vietnamita, representan entre el 88 y el 99% de todas las empresas, así como el 70% del empleo.[ii]. Sin embargo, a pesar de su importante papel, muchas PYME tienen dificultades para obtener financiación de los prestamistas tradicionales debido a la insuficiencia de garantías o a perfiles crediticios inadecuados. Liberar el potencial de estas empresas mediante soluciones financieras a medida es primordial para impulsar el desarrollo sostenible y la creación de empleo.
Aquí es donde los modelos de riesgo crediticio de nueva generación cambian las reglas del juego. Al aprovechar fuentes de datos alternativas, como la banca abierta, y los análisis de comportamiento, que analizan indicadores no tradicionales como la evaluación del carácter y los metadatos de los dispositivos, estos modelos ofrecen una visión más holística de la solvencia de una persona. Por ejemplo, el propietario de una pequeña empresa que carece de historial crediticio formal, pero demuestra flujos de ingresos constantes a través de transacciones digitales, ahora puede ser evaluado con precisión para obtener un crédito.
El Gobierno vietnamita ha declarado que la transformación digital y el impulso de la inversión en tecnologías financieras en el país es una prioridad estratégica para ampliar el acceso de los consumidores y las pequeñas y medianas empresas (pymes) a los servicios financieros. En 2023, el Gobierno anunció un programa de asistencia técnica para fomentar el desarrollo de las tecnologías financieras. Uno de sus objetivos declarados es identificar soluciones, incluidos métodos alternativos de calificación crediticia y la introducción de préstamos digitales, para hacer frente a los desafíos.
Las FinTech, como Begini, crean y recopilan datos alternativos para ofrecer puntuaciones de crédito inclusivas modernas y perspectivas que pueden evaluar 100% de los solicitantes, independientemente de sus antecedentes financieros. Mediante la creación y el análisis de datos sobre rasgos de comportamiento asociados al riesgo crediticio, es posible que las decisiones crediticias sean más justas, más accesibles y más predictivas a través de datos de comportamiento de primera parte, sin utilizar datos personales.
Por ejemplo, el uso de datos alternativos para facilitar las puntuaciones de rescate puede ayudar a los prestamistas a conceder préstamos a entre 5 y 10% adicionales de clientes que de otro modo serían rechazados, sin aumentar el riesgo. A medida que se recopilan más datos, esta cifra puede aumentar hasta 20% con el tiempo gracias a un modelo de scorecard entrenado.
Sin embargo, la adopción de modelos de riesgo de crédito de nueva generación no está exenta de dificultades. Las cuestiones relativas a la privacidad, la seguridad de los datos y los marcos normativos deben abordarse cuidadosamente para garantizar un uso ético y responsable de los datos alternativos. Además, es necesaria una innovación y colaboración continuas entre las entidades financieras, los proveedores de tecnología financiera y los responsables políticos para construir un ecosistema que fomente la inclusión financiera y salvaguarde los derechos de los consumidores.
En conclusión, el camino hacia la inclusión financiera en Vietnam requiere un cambio de paradigma en la evaluación del riesgo crediticio, que adopte la innovación y la inclusión. Los modelos de riesgo crediticio de nueva generación ofrecen una oportunidad transformadora para ampliar el alcance de los servicios financieros a quienes más los necesitan, liberando todo el potencial de la floreciente economía vietnamita.
[i] https://www.findevgateway.org/country/financial-inclusion-vietnam
[ii] https://aseanbriefing.com/news/vietnam-bolsters-regional-financial-links-through-connectivity-payment-initiative/